En el silencio infranqueable de la noche,
caí, me revolví, sangré,
pero no, nunca lloré.
En la orgía de colores del amanecer,
prometí, me juré, subir,
pero no, nunca más caer.
Y en la tristeza del atarceder,
buscaré, me desesperaré. gritaré,
pero no, nunca te encontraré.
Pesimismo. Ay.
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