Anhelos de deseos súbitamente congelados,
bajo una fría lluvia de no se qué mes.
Entre todas tus veredas conviertes
quimeras en realidades,
y apenas sueñas y duermes
queriendo ser dueña del mundo,
para despertarte perdida en tu laberinto
de miedos, de emociones tácitas,
y hundirte entre lágrimas
(que rozan tu pérfida sonrisa.)
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