Una vez más, la ventana abierta, la noche entrando y mi cuerpo tumbado sobre la cama,
una vez más, el miedo a tenerte, las ganas de perderte, se unen con el insomnio para acompañarme,
y junto a las vueltas en la cama las vueltas en mi cabeza hacen que se formen vórtices y el salir, se convierte
imposible.
Una vez más, la tercera, a lo largo de la noche cierro los ojos por más de 5 minutos,
y una vez más los vuelvo a abrir.
Echo de menos cualquier cigarro, cualquier beso, cualquier abrazo, y ahora, esa melodía a cargo de Billy Evans me vuelve melancólico, parece que me desvelo adrede yo mismo.
Una vez más el amanecer se me echa encima y todo, como en un bucle, vuelve a empezar, sin detenerse, una vez más.
No podría ser menos expresivo.
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