A ella la gustaba fumar apoyada en la ventana, y él gustaba de contemplar la esbelta figura de ella mientras fumaba, gustaba acercarse a ella mientras fumaba y abrazarla por detrás, dejar caer sus manos en su vientre mientras su boca le dedicaba a su cuello una suave mezcla de besos y mordiscos.
Ella siempre lucía vestidos simples con estampados de flores, solía ir descalza a todo lugar posible, andaba como bailando, y sus finas pernas hipnotizaban. Él se quedaba hipnotizado con sus piernas, y mientras ella paseaba en bicicleta por las tardes, él la escribía un poema, en 5 minutos, no más, porque ese es el tiempo que tardó en enamorarse perdidamente de ella, luego bajaba y la esperaba en la orilla del río. Le gustaba ver su ligereza, como se acercaba, se bajaba de la bicicleta, sonreía y le estampaba un beso en la frente.
No vivían el uno para el otro, simplemente el uno era el otro.
(...)
Bonita frase del final.
ResponderEliminar